viernes, 20 de febrero de 2009

EL GOLPE DEL 23 DE MARZO

Hace algunos años vi una entrevista en televisiòn al tipo ese que se dice cantante y que gracias a lo absurdo de la gente es famoso y millonario, Alejandro Sanz.
Le preguntaban sobre el rey de los españoles y muy serio decìa: "Parece que el rey no hace nada, pero cuando el golpe de Estado gracias a èl se parò y vino la democracia".
El que este tipo es idiota no me quedò la màs mìnima duda, pero el grave problema es que mucha gente, al igual que el tal cantante, se tragaron el cuento de que aquello en realidad era un golpe de Estado.
En mis dos libros, tanto en el de Un Mexicano en Euskadi, como en el màs reciente de Exiliados Vascos, ya aclaraba que el famoso golpe dado por Tejero no era màs que un circo para hacer del tal rey, puesto por Franco, un salvador de la patria, cuento que se creerìan tontos como el tal Alejandro Saenz.
Ahora, 28 años despues, surgen unas sorprendentes declaraciones del hijo de Tejero, que demuestran bien a las claras que tan sòlo los tontos podìan creer aquel cuento del Golpe de Estado dado el 23 de marzo de 1981.
Vean esto:

Apología del terrorismo
Fragmento de una regadera. Defensa de un fascista que atentó contra las instituciones españolas. Publicado en el pasquín ABC, de Madrid. El Fiscal del Estado no acusará a este fraile fascista por apología del terrorismo, ni el simiesco juez Garzón lo citará a declarar.
Antonio Tejero Molina: mi padre(14-2-2009)Aquel 23 de febrero de 1981, muy temprano, salimos de casa... Yo sabía lo que ocurriría... Sin embargo, el silencio era la expresión más simbólica del cariño que se puede dar a un padre que en esos momentos atravesaba unos de los momentos mas difíciles de su vida. . .. . . Aquella mañana del 23 de febrero acompañé a mi padre a la celebración de la Eucaristía en la capilla que hay frente a la Dirección General de la Guardia Civil. Momentos de silencio, de oración profunda, de contemplación sincera de un hombre creyente que sabía cuál era su deber, que conocía las órdenes recibidas. . .Al salir de la capilla, con una mirada penetrante -y me atrevería a decir que trascendente-, contempló la Bandera Nacional y, con voz serena, tranquila y gallarda, me dijo: «Hijo, por Dios y por Ella hago lo que tengo que hacer. . .».. . .No sabíamos más ni menos. Realmente, nos dolía España, mi padre y el momento en sí; aunque nos tranquilizaba la certeza, según nos habían dicho, de que el Rey apoyaba y ordenaba tales hechos. Era un acto de servicio más, en un momento crítico, por el cual atravesaba nuestra Patria. Y pasó lo que toda España conoce y lo que los medios transmiten (aunque no con toda la veracidad que debieran). . .Es un militar de los pies a la cabeza, consciente de sus responsabilidades. . . Me duele ver cómo todos aprovechan el «silencio» de un hombre para intentar destruirle. . . quizá por miedo a su palabra. . .
Un hijo que se siente orgulloso de su padre. . . Antonio Tejero Molina. Ramón Tejero Díez

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