lunes, 17 de mayo de 2010

INDIGNANTE

Con gran sorpresa e indignación veo noticias de periódicos españoles en los que anuncian que unos presos vascos de ETA se posicionan contra la lucha armada, pero lo más grave, gravísimo, es que estos presos están de acuerdo en pedir perdón a las mal llamadas víctimas del terrorismo, osea, a los familiares de los que fueron ejecutados por ETA.
Esto ya es el colmo. Bien es cierto que Urrusolo, quien al parecer encabeza el grupo de los traidores, así como los demás, fueron grandes luchadores, pero como ellos o más ha habido otros muchos. Luchadores que dejaron la vida en el camino por luchar por la libertad de nuestra patria. Y son muchos, muchos otros, al parecer alrededor de 700, que siguen recluidos en las mazmorras españolas y francesas manteniendo la dignidad bien alta.
Y también estamos los exiliados. No llevo 29 años en México, sin poder ir a mi patria, para que ahora resulte que tenemos que pedir perdón a los familiares de quienes nos han oprimido, de quienes llevaron de una u otra manera el sufrimiento a nuestro pueblo. Aquí las únicas víctimas del terrorismo, del auténtico y verdadero terrorismo que es el gobierno español, son los asesinados y represaliados por las fuerzas criminales al servicio de este Estado español.
Para claudicar ahora, lo hubiese hecho hace más de diez años cuando el gobierno español me ofreció ir a casa sin tener que pedir perdón a nadie, simplemente para demostrar a todos que ETA perdía fuerza y que sus antiguos militantes ya estaban volviendo para poder vivir en paz como "buenos ciudadanos".
No lo acepté y aquí sigo, tragando exilio, pero siempre fiel a la causa por la que luché y como yo hay muchos, así que no me queda más que condenar la vergonzosa claudicación de estos traidores, que si no aguantan la cárcel, lo menos que pueden hacer es callarse y buscar otra forma menos indigna para que el gobierno les perdone, pero pedir perdón y hacer de los victimarios víctimas, se me hace de una bajeza inconcebible, una bajeza que no queda más que condenar sin tapujos de ninguna especie. Sin duda que estos traidores se han ganado el desprecio total de nuestro pueblo, del pueblo, por supuesto, que quiere una Euskal Herria libre y soberana.
Luis Miguel Ipiña Doña
Exiliado vasco