Aquella noche, ni él ni mucho menos yo, nos podiamos imaginar que años después terminaría siendo candidato para la presidencia de la República. Fue mi amigo canadiense y defensor de los derechos humanos, David Verted quien me mandó un mensaje, tenía que hablar con el diputado fernández Noroña para que me diese una cita y quedar con él para explicarle el caso Wallace, me daba el número telefónico al que tenía que llamarle. Me puse en contacto con él y enseguida me dio una cita para vernos a las siete y media de la tarde en una libreria con cafetería de la colonia Condesa. Puntual llegué a la cita pero quien no aparecía era el diputado, pasado un tiempo decidí hablarle por telefóno, marqué su número y me contestó al primer sonido. al decirle que le estaba esperando me dice que se le había olvidado y estaba en otro lugar, me pedìa disculpa y me pedía le esperase en la cafetería de la libreria que trataría de llegar lo antes posible. Me senté en la cafetería y tomando un café esperé un rato que no fue demasiado cuando lo vi aparecer, levanté la mano para que me viese y directo vino hacia mi, de nuvo me pedía disculpas por el retraso. Sabiendo su gran afición a la lectura, llevé mi libro Exiliados Vascos para regalarselo, el cual recibió con gran placer y enseguida se puso a ojearlo. Sentados frente a frente, se le acergaron unos jóvenes con libros para que les firmase su autógrafo, lo cual hizo con gusto. Un hombre campechano, de no ser por que era conocido nadie diría que se trataba de un diputado.Pidió un café y un pan dulce, comencé a explicarle el caso Wallace y dándole los argumentos de por qué el caso era falso y la tremenda injusticia que se estaba cometiendo con unos jóvenes inocentes. Corria el año del 2011, tuve la sensación de que no podía hacer mucho o practicamente nada por hacer justicia. tras la charla llamó a un camarero y le dijo que no traia efectivo y él iba a pagar que iba a salir a un cajero y luego volvía a pagar, no quiso que yo lo hiciera.Salimos a buscar un banco, por el camino fuimos platicando. A una pareja de jovencitos que se cruzaron en el camino les preguntó por un banco de determinada identidad. El muchacho, se notaba su sorpresa, nos explicó dónde se hallaba un banco. fuimos a él sacó dinero y volvimos a la librería ya en la puerta nos despedimos con un apretón de manos diciéndome que un día me iba a invitar a comer. Poco después y como ya se sabe, terminé en la cárce por defender a los inocentes del caso Wallace. Nunca más me he encontrado con Noroña, al parecer ya fueron a hablar con él familiares de los presos del caso Wallace y como que no les ha hecho mucho caso. No obstante pienso que si alguien puede hacer algo por hacer justicia en éste caso es él en caso de alcanzar la presidencia.Hoy, a la hora de escribir esto, Noroña batalla por ser nombrado candidato a la presidencia por Morena, lo cual le llevaría de ganar la candidatura a ser presidente de la república. Lo tiene muy difícil, pues no es el candidato del presidente y aunque él se dice confiado en su triunfo porque va a ser el pueblo quien decida, la propaganda de otros candidatos es muy superior. Mi deseo de que Noroña llegue a la presidencia nada tiene que ver con aquel ya lejano encuentro que tuvimos sino mi gran admiración por todo lo que ha hecho como diputado y que es digno de admirarse. como bien dice: Noroña es pueblo. Mucha suerte al diputado Noroña hombre sencillo donde los haya, hombre auténtico y el mejor defensor del pueblo
