sábado, 27 de junio de 2009

FALLECE "ONDARRU"



Todos los exiliados hemos recibido un brutal golpe. Nuestro querido e inolvidable compañero Josè Antonio Otxoantesana "Ondarru" ha fallecido en Mazatlàn (Sinaloa) a los 57 años de edad.
Exiliado desde 1980 en Mèxico, Ondarru fue un verdadero hermano para todo exiliado que llegaba a Mèxico. Las puertas de su casa siempre estaban abiertas para ayudar a todo aquel que lo necesitase, habiendo pasado por ella numerosos compañeros como es mi caso y ya descrito en Exiliados Vascos.
Conoocì a Ondarru cuando llegue a Mèxico el 28 de diciembre de 1980, èl trabajaba en La Paz (Baja California) pero por estar pròximas las fiestas navideñas llegò al DF para pasarlas junto a los compañeros.
Un año màs tarde marchè hacìa La Paz en busca de trabajo junto con la que era mi pareja. Llegando a Mazatlan curiosamente, marquè el nùmero telefònico de Ondarru, quien me lo habìa dado en aquellos dìas que pasamos juntos. En cuanto le dije que le hablaba para ver si me podìa ayudar a conseguir trabajo, de inmediato me dijo que me fuese con èl, asì cuando llegamos al areopuerto de la paz ya nos estaba esperando. Nuestro domicilio fue su casa y la comida a la que nos invitò aquel dìa serìa inolvidable. Mi pareja estaba alucinada ante tanta generosidad, no creìa que alguien a quien apenas conocìa se portase asì. Enseguida me consiguiò un trabajo en donde el mismo laboraba Productos Pesqueros de La Paz. En ese entonces se habìa conseguido una compañera, la buena de Hita, una mujer por demàs excelente.
Lo mismo que yo, otros muchos compañeros llegaban a casa de la pareja y todos tenìan las mismas atenciones, desviviendose el bueno de Ondarru por ayudar al hermano y siempre con la generosa colaboraciòn de Hita.
Ondarru tenìa una anecdota que fue la que lo trajo a Mèxico. Resulta que recièn huido de Hegoalde y ya en Iparralde, se agarrò una borrachera y ni corto ni perezoso se fue a seguir la juerga a Hegoalde.
Por fortuna regresò sin ser detenido a Iparralde, pero la organizaciòn de una patada lo mandò hasta Mèxico (anècdota que èl mismo contaba). Pronto se acostumbrò al paìs Azteca siendo un amante de èl, a la vez que su recuerdo siempre ha permanecido fiel a Euskal Herria y a la lucha que llevamos por nuestra libertad. Con Hita procreo 2 hijos, Urtzi y Poncho, a los cuales siempre les enseñò el conocimiento de nuestra patria.
Poco tiempo estuve con èl en La Paz, sin embargo vivìmos buenas anècdotas como aquella en la que ìbamos en la camioneta del trabajo. Como siempre èl conducìa. Yo, debido a algùn frio o mala postura, tenìa un dolor en el cuello insoportable desde uno o dos dìas antes. Iba a su lado haciendo esfuerzos para no mover el cuello en lo màs mìnimo cuando de una calle a nuestra derecha sale un coche y no chocamos de verdadero milagro. Tanto la camioneta como el coche patinaron de las ruedas traseras y se quedaron atravesados.
Ondarru, siempre caballeroso, se bajò del carro a pedir una disculpa al otro conductor, cuando regresa me dice que por què no me fijo y yo con mi dolor y todo no puedo por menos que decirle que estaba loco, que se fijase èl y reirme de su ocurrencia.
Me fuì de La Paz cuando le faltaba muy poco para ser aita, tal vez dìas.
Con el tiempo me iba enterando de sus andanzas. Ya con dos hijos y siempre buscando el bienestar de la familia, parecìa judio errante de un lado para otro. Trabajò en una panaderìa en el estado de Cuahuila, en Guadalajara montò un negocio con otro y al parecer le estafaron, pasò a Querètaro en donde trabajò para los Borgios, empresa maderera de españoles a la que Garzòn ha acusado estùpidamenten de ser de ETA, aquì volvimos a coincidir al hablar para que yo entrase a trabajar. De Querètaro se fue a Leòn y ahì le perdì la pista, pensaba que se habìa regresado a su amada Euskal Herria, pues hacìa algùn tiempo me indicò que se pensaba marchar, cuando una llamada telefònica de un compañero me dice que Ondarru està en estado de còma, se encuentra en Mazatlan y me dan el nùmero telèfonico de la familia.
Un familiar me indica que iba en la camioneta cuando le diò un fuerte dolor de cabeza. Fue al hospital y tras hablar con la familia perdiò el conocimiento. Tenìa un derrame cerebral y entrò en estado de coma, le operaron pero ya nada puedieron hacer por salvarle la vida y ayer 25 de junio dejò de existir tras un paro cardiaco.
Euskal Herria ha perdido a otro gran hijo y nosotros a un entrañable hermano. Siento que nunca pude pagarle todo lo que hizo por mì, sin embargo sè que estaba conscientes de mi cariño y agradecimiento hacia èl.
Deja esposa y dos hijos y un inmenso dolor en todos los que le conocimos.
Nuestro màs sentido pèsame para esa mujer tan maravillosa que por años fue su fiel compañera y para sus hijos y demàs familiares.
Su cuerpo serà incinerado y sus cenizas enviadas a Euskal Herria, la patria que lo vio nacer y a la que tanto amo.
¡Ondarru hermano! Siempre estaràs en nuestros corozones.
¡Descansa en paz!